Japón sufrió el mayor terremoto desde que se comenzó a registrar datos hace 140 años. Un temblor de tierra, de magnitud 8,9 en la escala Richter, provocó un gigantesco Tsunami, con olas que llegaron a los 10 metros de altura y barrieron la costa noreste del archipiélago.
La pared de agua arrasó las poblaciones costeras, barcos, granjas ardiendo, coches, árboles y una masa enorme de escombros fueron arrastrados por las olas kilómetros tierra adentro.
Los fallecidos confirmados en primera instancia rondaban los 300, pero finalmente esta cifra se elevo a más de mil muertos. Cerca de 6.000 vecinos fueron evacuados de las cercanías de una planta nuclear, que sufrió graves daños. En Tokio, el transporte ferroviario y los vuelos en sus dos aeropuertos fueron parcialmente suspendidos, lo que provocó el caos en esta metrópolis de 30 millones de almas y obligó a centenares de miles de ciudadanos a buscar refugio provisional en pabellones deportivos y oficinas.
El sismo se produjo a las 2:46 de la tarde a una profundidad de 10 kilómetros bajo el mar, unos 125 kilómetros al este de la ciudad de Sendai, en la isla Honshu, según el Servicio Geológico de Estados Unidos. La zona está a 300 kilómetros al noreste de Tokio.
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